TROFEO AL MEJOR JUGADOR INFANTIL "CIUTAT DE BADALONA"

 

Tengo un hijo, Àlvar, que disfruta jugando a Ajedrez

Llegada la hora de planificar la temporada veraniega y a la vista de la numerosa oferta de torneos que se celebran en estas fechas, me decidí por el XXX Open Internacional "Ciutat de Badalona" atraído principalmente por la fantástica inscripción, lo que permitiría a Àlvar aumentar su experiencia, y, en menor medida, la posibilidad de optar a algún premio, que si para una persona mayor es gratificante, para un niño de once años aún más.

El torneo se fue desarrollando sin complicaciones en un "cálido" ambiente ajedrecistico. Àlvar conoció y se dio a conocer a nuevos jugadores y pudo jugar buenas partidas en las que hizo "sudar" a sus adversarios.

Por fin, tras 1.700 kilómetros y 17 horas de viajes (vivimos en Girona) y después de aumentar los ingresos de varias gasolineras y de la concesionaria de la autopista, nos plantamos en el último día de competición con Àlvar con opciones de ganar alguno de los premios de su tramo de ELO (él y varios jugadores estaban empatados a 5 puntos) y un "premio especial".

Lamentablemente perdió su última partida (más de 300 puntos de ELO de diferencia fueron demasiado) y después, conforme se iban sucediendo los resultados, vimos que se le escapaban los premios por tramo de ELO (quedó tercero cuando había premio para los dos primeros). No obstante, nos pareció que había ganado un "premio especial" y decidimos esperar a la entrega de premios.

Después de más de cuatro horas de haber finalizado su partida y tras hora y veinte minutos de espera desde la finalización de la última partida, llego el ansiado momento y, dado que minutos antes había tenido acceso a ver la hoja de la clasificación final habiendo confirmado plenamente mis suposiciones, me apreste con la cámara fotográfica a punto y escuche ... "el ganador del Grupo A del premio especial al mejor jugador infantil es ..... ROBERT ALOMÀ".

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Me quede de piedra.

Si Àlvar y yo fuimos los primeros sorprendidos, Robert fue el segundo.

Tras unos momentos de confusión, Robert recibe el trofeo y es entonces cuando reacciono y me dirijo al orador para comunicarle que Robert ALOMÀ es cadete y no infantil. El maestro de ceremonia, tras una rapida consulta manifiesta (al mismo tiempo que Robert hace ademán de entregar el trofeo a Àlvar) que las bases que se han publicado estaban equivocadas y que en las "bases oficiales" realmente consta que el trofeo era para el mejor sub-16.

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En un instante me tengo que plantear que hago: ¿intento exponer mis argumentos sometido a la presión de todo lo que me pasa por la cabeza en ese momento?, ¿monto el cirio delante de todo el mundo?, ... opto por no decir nada e irnos.

En el viaje de vuelta a casa intente por todos los medios levantar el ánimo de mi hijo que estaba bastante "noqueado" lo cual fue bastante difícil ante la falta de argumentos y la total ausencia de "espíritu jovial" por mi parte.

A las 12 de la noche, tras convencerle para que cenara cuando menos cuatro galletas mientras intentaba explicar lo inexplicable a mi mujer y ella intentaba consolar a Àlvar, terminó la jornada

Hoy, más calmado, solo me queda:

- Felicitar a Robert Alomà, hoy por hoy sin duda mejor jugador que Àlvar, por la consecución del trofeo y agradecerle el gesto de intentar hacer entrega del mismo a Àlvar.

- Lamentar que la placa que consta en el trofeo diga "erróneamente" que se concede al mejor jugador infantil.

- Lamentar que "erróneamente" se hiciera constar en las WEBS de AJEDREZND y AJEDREZENMADRID que había un trofeo para el mejor jugador infantil (igualmente lamento que en la WEB de AJEDREZND constara "erróneamente" que había un premio de 100 euros para el mejor jugador de ELO inferior a 2095, en cuyo caso le habría correspondido a Àlvar).

- Lamentar que en la WEB del Sant Josep constara "erróneamente" en las bases en castellano que había trofeo para el "mejor jugador infantil", en las bases en catalán que había trofeo para el "millor jugador infantil" y en las bases en inglés que había trofeo para el "best infantile player".

- Lamentar que en el tríptico anunciador del torneo constara "erróneamente" que había trofeo para el mejor jugador infantil.

- Lamentar que el maestro de ceremonia incurriera en el error de anunciar la entrega del trofeo al mejor jugador infantil cuando, obviamente, quería decir al mejor jugador sub-16.

- Y, por último, lamentar que todos estos errores hayan jugado una mala pasada a la ilusión de un niño de once años.

PABLO ALONSO ARENALES

En relación a los hechos ocurridos en Badalona con Àlvar Alonso, me viene a la mente una anécdota que sucedió en otro torneo hace un par de años respecto a los premios infantiles y por tramos. No diré qué torneo fue porque me parecería injusto criticar a los organizadores de este fantástico torneo por sólo un pequeño desliz, y además, me consta que trabajan duro para que cada año vaya mejorando su open. 

El torneo contaba con un grupo único y premios para cada tramo. Además de estos premios se incluye un premio infantil y uno de veteranos. Durante la tercera ronda del mismo se dieron a conocer las listas de los participantes que podían optar a cada tramo y a los premios infantil y de veteranos. Y ahí llegó la sorpresa: estaban apuntados solamente aquellos jugadores infantiles locales. Fui yo quien se dio cuenta, y se lo comenté a otros chavales que también eran infantiles. Al cabo de un rato vi 10-12 padres pidiendo explicaciones al director del torneo. 

Tras lamentar el error se añadieron a la lista los infantiles de los demás clubes. Por lo visto, querían barrer para casa y no lo consiguieron, porque al final no conseguirían ni el primer ni el segundo premio. Segunda sorpresa: al igual que en Badalona, resulta que no era una clasificación infantil, sino sub-16, al menos es lo que deduje viendo varios jugadores (locales, por supuesto) añadidos en dicha lista. De esto me acabé enterando al final del torneo, porque de haberlo sabido, seguramente yo me hubiese llevado alguno de aquellos premios. Pero ahí no se acabó todo.

 Llegó la entrega de premios y nos encontramos con un hecho curioso. Había un jugador veterano con un ELO FIDE de 2200 aproximadamente y más o menos 1970 de ELO catalán. En vez de optar a los premios grandes, consiguió el premio del tramo 1900-2000. No sé si eso era muy legal, en cualquier caso, fue barrer para casa, porque este jugador era (¡sí, lo adivinaron!) un jugador local. La guinda fue ver que, aunque en las bases decía explícitamente que nadie podría repetir premio (yo supongo que lo decían por el MI Cheparinov, que seguramente hubiera arrasado el premio infantil), hubo este jugador veterano que, además de llevarse el premio de tramo, se llevó el de mejor veterano. 

Después de unas batallitas de un torneo que, repito, tiene una organización estupenda (¡si incluso me llevé un premio de tramo!), sólo me queda animar a Àlvar porque un error de terceras personas no le puede llevar al desánimo. En otras ocasiones volverá a demostrar que se merecía este premio y que se merece muchos más.

Carlos Gimenez

 

 

 

 

 

 

 

  


 

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