El pasado lunes asistí al acto de presentación a los medios de comunicación
del magistral conmemorativo del 75 aniversario de la apertura catalana. Quiero
hacer pública, desde esta tribuna, mi más sincera felicitación a la gestión
llevada a cabo por la Federación Catalana para que este evento deportivo sea
una realidad. Pienso que es importante "dignificar" el ajedrez, y actos como
el que se está celebrando estos dias en el Casino de Barcelona ayudan a
mejorar la imagen de nuestro deporte. Al mismo tiempo, se demuestra que
existen importantes organizaciones dispuestas a patrocinar competiciones
ajedrecísticas, en esta ocasión el Grupo Perelada, pero seguro que también
existen otras que, atendiendo a proyectos con "cara y ojos", estarían
dispuestas a esponsorizar torneos de diversa índole. Como en algunas ocasiones
ha repetido nuestro presidente, el Sr. Toni Ayza, nos podemos sentir
orgullosos de ser la mayor concentración de torneos internacionales en los
meses de verano, y de tener 14 torneos del circuito incluidos dentro de la
prestigiosa clasificación de opens que hace la web chessmile. Opino que a
todos estos ingredientes tan solo le falta el aderezo de la calidad para poder
equipararnos a los mejores torneos del mundo.
Creo que la máxima debería ser "servir al ajedrez", no "servirse del
ajedrez", así pienso que si todos los torneos hacen esfuerzos para mejorar sus
prestaciones tanto a nivel de calidad de instalaciones, calidad de jugadores y
nivel de premios, posiblemente obtengamos dos cosas: la primera mejorar, si
cabe, la imagen del ajedrez catalán, cosa con la que seguro todos estaremos
de acuerdo, y en segundo, y vista la repercusión mediática que pueden tener
las competiciones de ajedrez de alto nivel, captar la atención de posibles
patrocinadores que dejaran de ver el ajedrez como una práctica deportiva
marginal.
Es obvio que no todos vamos a pensar del mismo modo al respecto, pero estar
en un marco como el Casino de Barcelona, ver la presentación del torneo y
poder disfrutar de la presencia de Viktor Kortchnoi me hizo sentir orgulloso
de pertenecer a la familia del ajedrez.