ÈTICA Y MORAL

 

      La dignidad del ajedrecista

     "Muchas cosas pierde el hombre

      que a veces las vuelve a hallar;

      pero les debo enseñar,

      y es güeno que lo recuerden:

      si la verguenza se pierde,

      jamás se vuelve a encontrar."

      Martín Fierro

    

Muchas "pillerías" (por ser muy benigno con el calificativo) ocurren permanentemente sobre el tablero: un alfil que salta sobre un peón propio, un rey que pasa sobre una casilla amenazada al enrocar, etc., jugadas imposibles que si no son advertidas a tiempo, resultan legalizadas, y más allá de que en ajedrez profesional resulta extraño que no sean advertidas (han habido casos, Korchnoi en una oportunidad, enrocó cuando su rey había movido antes, y no fue advertido), son "tretas" lamentablemente utilizadas en el ajedrez "ping pong", dónde el vértigo del juego hace más posible el éxito de la movida imposible. Puede ocurrir que quien ejecutó la jugada imposible (con riesgo de perder por ello, si de ajedrez rápido se trata), no advierta su irregularidad. En esta nota no me refiero a actos inconscientes, o en los que quede alguna duda sobre la intención de su autor, Hablo concretamente del jugador de ajedrez tramposo, sin ningún atenuante, con todas las letras y en mayúsculas, porque quien no respeta las reglas del juego que practica, está jugando a otra cosa, además de no tener la valentía y la dignidad de jugar como tiene que hacerlo. El coraje y la dignidad no son valores divisibles, se tienen o no se tienen. El tramposo carece de moral, de ética y de coraje, y legalizar este tipo de situaciones desmerece y mancha nuestro noble juego, o al deporte en que se permita. El boxeo es el más claro ejemplo de este tipo de situaciones, generadas por por los árbitros y por quienes deben fallar. Los casos de peleas "robadas" pasaron a ser una situación normal, no dejemos que ello ocurra en el ajedrez, castiguemos al tramposo.

Pasamos a relatar casos concretos para ilustrar lo dicho:

 

Pieza tocada, pieza movida, así por lo menos dice el reglamento de nuestro juego, que agrega que la jugada se completa cuando la pieza propia ha sido soltada, o en el caso de captura, cuando la pieza contraria retirada y la pieza propia ha sido soltada.

 

Voy a omitir referirme al conocido incidente ocurrido en el torneo de Linares 1994, en la partida Judith Polgar-Garry Kasparov, donde el campeón del mundo, tomo su caballo y luego de posarlo en "c5 lo soltó en "f6", por cuanto no queda claro el conocimiento que tuvo el campeón de su gravísima irregularidad, ya que para advertir que había soltado su pieza en "c5" durante una fracción de segundo, se necesitó de una filmación. Es posible que en el calor de la lucha, Kasparov mismo no advirtiera que había soltado su caballo, no obstante lo cual, es obvio que se produce un deterioro en la imagen de un jugador (más de un campeón del mundo) en esa situación.

 

      Corría el año 1967, cuando en la novena ronda del torneo de  Sousse, se enfrentaron Matulovic - Bilek, cuando al efectuar su jugada 37 (ver diagrama de la derecha), Milan Matulovic, y pulsado su reloj, se dió cuenta que tal movimiento le llevaba a una inmediata derrota. Dijo entonces: "Ich spreche j'adoube" (en nuestro idioma: "dije compongo") y sustituyó la jugada efectuada (37.- Tb1) por 37.-Rf1, que era un poco mejor. Bilek protestó, pero la treta del tramposo yugoslavo no fue castigada. Pese a tener una posición claramente ganada, luego de este incidente Bilek no pudo ganarla, y aun en posición superior aceptó una repetición de jugadas que condujo al empate. Paradójicamente ¡tiene la cabeza más "fresca" el tramposo que el honesto!. Es obvio que el permisivo árbitro de ese encuentro, debió obligar a Matulovic a dejar la pieza tocada y soltada en la posición que correspondía, pero no fue así, el único castigo que tuvo fue el seudónimo con que desde entonces se le conoce en el mundo del ajedrez: "J'adoubovic".

      La partida en cuestión, tuvo este desarrollo: 1. e4 c5 2. Cf3 Cc6 3. d4 cxd4 4. Cxd4 Cf6 5. Cc3 e5 6. Cdb5 h6 7. b3 Ac5 8.Cd6+ Re7 9. Cf5+ Rf8 10. Ac4 Ab4 11. Ad2 Da5 12. Df3 d5 13. exd5 Cd4 14. Cxd4 exd4 15. Cb1 Cxd2+ 16. Cxd2 Ag4 17. Df4 Te8+ 18. Rf1 Dc3 19. Tb1 Dxc2 20. f3 Af5 21. Dxd4 Dxa2 22. Ta1 Ad3+ 23. Axd3 Dxd2 24. Dc5+ Rg8 25. Ac4 g6 26. Df2 Dc3 27. Td1 b5 28. Ae2 Te3 29. g3 Rg7 30. Rg2 a6 31. d6 The8 32. The1 Cd7 33.f4 Db4 34. f5 g5 35. f6+ Rg8 36. h3 Dc3 37. Rf1 Dc6 38. Rg1 De4 39. Td2 Te6 40.h4 Txf6 41. Dg2 Dxg2+ 42. Rxg2 Tfe6 43. hxg5 hxg5 44. b4 T3e4 45. Rf1 Tf6+ 46.Rg2 Tfe6 47. Rf1 Tf6+ 48. Rg2 Tfe6 49. Rf1 Tf6+ 50. Rg1 Tfe6 1/2-1/2

      Posición después de 36.-...Dc3

    

 

Soborno: No menos grave, es la circunstancia que se presenta cuando alguien "compra" o "intenta comprar" alguna partida.

 

Dos ejemplos tengo a mano para esta ocasión:

 

En 1945 durante el desarrollo del XIV campeonato de la URSS ante de jugarse la última ronda, Botvinnik y Boleslavsky se habían asegurado los dos primeros puestos, pero un grupo de jugadores tenía ocasión de llegar tercero (con un premio nada despreciable de 4000 rublos). En esta situación estaba Kotov, si ganaba la partida de la última ronda ante Alexander Tolush, quien no estaba jugando bien, pero como era un peligroso jugador de ataque, Kotov pensó que no era mala idea asegurarse el tercer puesto de antemano, y así poco antes de iniciar el juego, luego de unas cuantas indirectas, recibió de Tolush esta respuesta: "La gloria para Ud, los rublos para mí", Kotov que parecía no entender la contrapropuesta le pidió explicaciones, y Tolush le dijo que quería todo el dinero, ante lo cual le dijo: "Ud. está loco, le daré 100 rublos", Tolush reiteró: "La gloria para Ud., los rublos para mí", ante lo cual Kotov subió su oferta a 200 rublos, y ante la reiteración de la pretensión de Tolush, Kotov, dijo: "Correré mi suerte jugando la partida", Muy bien dijo Tolush, lo remataré alrededor de las casillas f7 y g7. luego de eso, disputaron una gran partida, que ganó Tolush más o menos como había dicho. (Ver partida)

 

      En el año 1968 Peter Trifunovic, estaba viviendo en Grecia como entrenador de los jugadores griegos, al tiempo que buscaba la financiación para organizar un gran torneo en la ciudad de Atenas. Las autoridades del gobierno heleno, contactadas por Trifunovic, exigieron a cambio la consecución títulos para los jugadores griegos: Trifunovic se comprometió a hacer dos maestros internacionales a cambio del dinero necesario para la organización del torneo. Ya en la ceremonia de apertura les fue explicado a los competidores (invitados por Trifunovic, y en su mayoría amigos) que dadas las pretensiones griegas, se compensaría con dinero o con otros puntos precedentes del "equipo" de Trifunovic, a quienes fueran tolerantes en su lucha con los griegos elegidos para recibir el título de MI. No se sabe quiens aceptaron, pero el desarrollo de la partida "Vizantiadis-Ciocaltea" es lo suficientemente claro en este sentido. Luego de una ligera transposición, se llegó a la misma posición de la partida Ciocaltea-Kozma, jugada cinco años antes, en Sochi 1963. (ver diagrama superior de la derecha).  Ambas partidas continuaron con 17. Nxd5 exd5 18. e6 Qd8 19. exf7+, y Ciocaltea señala en su partida de 1963, en los boletines del torneo que 19.-...Rf8 sería refutada con 20.- Cg5, Axg5; 21.-Axg5. Pues bien, que creen que jugó Ciocaltea con negras cinco años después en la misma posición que había tenido con blancas cinco años antes: 19.- ...Rf8!, pero hay más, ¿puede creerse que con cinco años de diferencia Ciocaltea perdiera de la misma manera la partida que brillantemente había ganado ante Kozma?. Es obvio que sin ser muy suspicaz ha habido una preparación previa en la partida de Atenas, y que oscuros intereses y prácticas deleznables se juntaron para hacer de una magnífica partida la sucia moneda para pagar un título que por méritos todavía no había alcanzado Vizantiadis.

      También debo decir que seguramente Ciocaltea conocía la partida Vasiukov-Uhlmann disputada en Berlín 1962, donde en la jugada 17 se llegó a una posición muy parecida de la que se produjo en Ciocaltea-Kozma.

      Posición después la jugada 16.-...g6, para las partidas Ciocaltea-Kozma 1963 y Vizantiadis-Ciocaltea 1968

      Ciocaltea-Kozma continuó con 17. Cxd5 exd5 18. e6 Dd8 19. exf7+ Rh8 20. Ce5 Cf6 21. Cxc6 Txc6

      22. De5 Td6 23. Axd5 Ab5 24. Ag5 Ac6 25. Axc6 1-0, y Vizantiadis-Ciocaltea continuó igual hasta 19.- exf7+, y luego con 19.-...Rf8 20.-Cg5 Axg5 21.- Axg5 Cf6 22.- Axf6 Te7 23. Df3 Rxf7 24.Ag7+ Re8 25.Ah3 1-0.

 

¡El alfil cambió de diagonal!

 

      Voy a cerrar este primer anecdotario, contando un bochornoso suceso que tuvo lugar en el Club Argentino de ajedrez de la ciudad de la ciudad de Buenos Aires, durante el desarrollo de un torneo semilento de fin de semana, a 21 minutos por jugador, con ventaja de tiempo por categoría, que aún hoy se realizan en esa entidad decana de nuestro deporte. Creo que era 1989 (en honor a la verdad puede ser 1990 o 1991 también, no recuerdo con exactitud la fecha, pero si recuerdo con exactitud lo que pasó), en la última ronda, definiendo el torneo (si había un ganador), se enfrentaban Daniel Menéndez (blancas) y Marcos Devcic (negras)

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      Luego que el blanco sacrificó una pieza menor por un peón para asegurar tablas, se llegó, efectivamente, a una posición de tablas teóricas (ver diagrama superior de la derecha), muy fácil de concretar en la práctica, donde el alfil negro que corre por casillas negras, no puede ayudar a su peón a coronar. Menéndez tenía unos seis minutos en su reloj y Devcic poco menos de cinco. Devcic comenzó a mover su alfil entre las casillas e7 y d6, y ante el reclamo de tablas por repetición, el árbitro le hizo saber a Menéndez que ni esa regla, ni la del límite de 50 jugadas eran aplicables (En el momento de jugarse esta partida, efectivamente, así era).

 

      Luego de aproximadamente dos minutos donde el negro jugaba Ad6 y Ae7, y el blanco Rg1 y Rh1, imaginemos la cantidad de jugadas que se pudieron hacer, Devcic jugo Ae7-d7!!!, si! cambió de diagonal el alfil, y Menéndez con su rey en la mano, por el vértigo con que se hacían las jugadas de absurda repetición, sin jugarlo aún, reclamó: "¡imposible!", ante lo cual el árbitro le hizo saber que: "como había comenzado la ejecución de su jugada, había perdido la ocasión de reclamar imposible", aunque resulte difícil o duro de creer, ¡así fue!. Es obvio que en esta situación el arbitro podía, y debió sancionar a Devcic.

 

      Luego del abandono de Menéndez Devic fue más claro todavía y le dijo: "Lo hice a propósito -por si alguna duda quedaba-, como no me servía el empate, traté de llevarte a una situación de automaticidad para cambiar de diagonal el alfil". El arbitro que estaba escuchando la confesión, de Devcic, concluyó que él no podía juzgar sobre la moral de los jugadores. Devcic ganó 1/2 punto más, el torneo y unos pocos pesos de premio, demostrando a cambio que ese debe ser el precio de su dignidad.

    

       Posición de la partida Menéndez-Devcic

          

      Verdad que merece un diagrama el innovador movimiento de Devcic.

Todos los "incorrectos" jugadores mencionados (a excepción del soborno de Kotov), tuvieron su "premio", pero es el caso de preguntarse: por qué buenos jugadores, incluso Grandes Maestros incurren en estas actitudes que los envilecen. Obviamente por falta de contención moral, yo no creo que "la ocasión haga al ladrón" como se dice, mejor es aclarar que: "LA OCASION HACE QUE EL LADRON ROBE", que es muy distinto, y como dice el Martín Fierro, se debe evitar el primer acto vergonzoso, el primer acto indigno, porque la moral y la dignidad perdidas no se recuperan. Humildemente abogo desde este artículo porque los profesores de ajedrez trabajen sobre la moral y dignidad de sus alumnos (muchos de ellos nos representarán en competencias del exterior y aún en nuestro pais), para bien de ellos y para bien de nuestro juego. Es obvio que a un entrenador le gustaría contribuir a la formación de un gran jugador, pero es tarea de un profesor contribuir en primer lugar a la formación de una buena persona, aún antes que a un gran jugador.

Sergio Díaz

 

 

 

 

  


 

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